jueves, 1 de julio de 2010

HIPÓLITO




En cualquier escuela de cine, te dicen que no filmes con niños, animales, lluvia y temáticas históricas. Nosotros hicimos todo junto, era un gran desafío”, admitió Teodoro Ciampagna, director de Hipólito, un prometedor largometraje.


Tras haber estudiado cuatro carreras diferentes y haber participado en pequeños proyectos audiovisuales y dos largometrajes de productoras porteñas, Teodoro Ciampagna –director de la muy esperada Hipólito– explicó cómo se desarrolla una idea audiovisual desde el inicio hasta el final, lo difícil que es llevar adelante producciones independientes sin apoyo gubernamental y la hermosa experiencia que significó la audaz grabación de esta película.
Hipólito es una realización histórica, con fotografía y arte muy prometedoras. Pero para lograr esto, tuvo que romper algunas barreras. “En cualquier escuela de cine, te dicen que no filmes con niños, animales, lluvia y temáticas históricas. Nosotros hicimos todo junto, era un gran desafío”, admitió Ciampagna. El rol protagónico fue para un niño. En el final, aparece la lluvia para generar cierto clima especial. Ovejas, chanchos, caballos, perros: gran cantidad de animales por todos lados. Y, para colocar el broche de oro, se transformó en una superproducción histórica, con el vestuario y las locaciones de época.

La producción
La película fue filmada en Laguna de Ansenuza, una zona muy difícil para el traslado de tantos actores y materiales. A pesar de las dificultades del terreno y la distancia con la ciudad, los obstáculos a la hora de grabar fueron solucionados de forma sumamente profesional. “Había un equipo de producción muy sólido, estaba todo muy estudiado para obtener respuestas rápidas”, recalcó el director.
La colaboración de los habitantes del pueblo significó una gran ayuda para terminar el rodaje. Cualquier filmación debe ser respetuosa respecto al espacio donde se efectúa, y así lo entendieron quienes participaron en Hipólito: “Esa es la manera en la que uno puede generar una experiencia amena y beneficiosa para las dos partes, tanto para la producción como para los pobladores del lugar”. Al respecto, Ciampagna subrayó: “Fuimos muy bien recibidos al momento de grabar, eso derivó en mucha colaboración, durante todo el rodaje la gente sabía que estábamos filmando. Si algo faltaba, siempre había una persona predispuesta a ayudar, una persona que se acercara, una persona que estaba ahí para darnos una mano”.

Apoyo estatal
El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) posee un organismo encargado de subsidiar a las películas. Para obtener esta asistencia, el proyecto debe ser declarado de interés pero la ayuda económica es otorgada después del estreno. Aquí es cuando se presenta el obstáculo para el cineasta porque se ve en la obligación de buscar los recursos. Su paso por la carrera de abogacía, le sirvió a Teodoro Ciampagna a la hora de encarar sus planes: “El manejo de determinadas herramientas, al momento de gestionar o acercarte a alguien que tiene que brindarte recursos, es indispensable”. Y agregó: “Nosotros participamos de un programa, donde el gobierno de la Provincia de Córdoba, a través de la Secretaría de Cultura, nos otorgaba un crédito”. Sin el Plan de Fomento de la Industria Cinematográfica Cordobesa, desarrollado por dicha área gubernamental, Hipólito, De Caravana y El invierno de los raros no se hubiesen llevado adelante. “Si esto que pasó con nosotros no se transforma en ley, es muy difícil grabar. Tenemos que hacer mucha fuerza para que se concrete en legislación, para que las ideas futuras puedan seguir contando con los créditos de la Provincia”, reflexionó quien es socio-gerente, junto a Paola Suárez, del sello Oruga films.

Premiados
En el 2006, el INCAA realizó una clínica de capacitación acerca de cómo realizar un largometraje. En ella, los participantes debían presentar sus propuestas. De un total de 50 realizadores que había en ficción, se presentaron 16 proyectos aproximadamente: Hipólito, con un jurado de Buenos Aires, fue elegido en primer lugar.
“En todo momento creí que lo podíamos hacer y hoy, puedo decir que lo llevamos adelante”, de esta manera, optimista y resuelta, cerró la nota Teodoro Ciampagna, director de esta transgresora película local: Hipólito. Esperamos verla muy pronto en pantalla grande.

Reseña
Noviembre de 1935. Se vota para gobernador en la provincia de Córdoba, Argentina. Marcelo, un joven abogado, es llamado como fiscal al pueblo de Plaza de Mercedes, por el partido radical.
En ese lugar, la policía comete actos de fraude para asegurar el triunfo del partido demócrata. Marcelo toma conciencia de esto, gracias a la intromisión casual de Hipólito, un niño con el que entablará amistad. Se postergan los comicios y el joven decide quedarse para garantizar la transparencia de la nueva votación.
Las intrigas políticas de su propio partido desembocarán en un trágico tiroteo con la policía. Desilusionado de su propia gente, Marcelo encuentra refugio en su afecto por Hipólito.

1 comentario:

  1. Link a muestra de fotos sobre Hipólito y otras pelis cordobesas:
    Cine cordooobés- Por Sol Aguirre
    http://www.cbanoticias.net/cultura/cine-con-acento-cordooobes/2311924

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