martes, 11 de enero de 2011

SOMOS LINDOS, SOMOS TRANS

Por Daniel Ceballos


Cuando surgió la posibilidad de hacer esta nota, casi como de casualidad, cuando pasaba por el espacio cultural Bordes, pensaba en hablar, como hago siempre, sobre una expresión cultural determinada. En este caso un festival de cine y fotografía sobre la comunidad trans, justo en el marco de la Marcha del Orgullo Gay en Córdoba. Pero surgió un personaje más que interesante, y el diálogo con él fue tan rico y emotivo, que decidí que se merecía un espacio más que importante para contar su historia en nuestra revista.

El personaje de esta nota se llama Stef y para ser sincero fue muy difícil hacerle una entrevista, ya que él habla muy poco español, yo menos francés, y para identificar de donde era tuvimos que estar hablando un rato bien largo. Stef tiene nacionalidad belga, así lo dice su documento y pasaporte, aunque nació en Portugal, y hace poco menos de un año que está en Latinoamérica, y precisamente en Argentina, donde su hijo vino a estudiar. Para serles totalmente sincero, nunca esperé que en medio de su relato de vida, estuviera incluida la palabra hijo. Stef no es particularmente un estereotipo de padre de familia cincuentón, sino que más bien, todo lo contrario. Colorado de rasgos femeninos, voz suave, con pantalones ajustados y chaleco, y a diferencia de como acostumbran a verse los chicos trans, bien producidos hasta el mínimo detalle, Stef es particularmente desaliñado. Lo más sorprendente de todo, era la mirada, llena de orgullo.

Stef es una de esas personas que no se conforman con poco, y ven lo utópico como una palabra más del diccionario a la que no hay que prestarle mucha atención. Uno de esos eternos militantes. En Bélgica, cuando era chico, Stef comenzó a luchar por los derechos de las mujeres en poder decidir sobre su propio cuerpo, así poder lograr la legalidad del aborto en el país. Con el tiempo, se enfocó en aquellos chicos que sienten que nacieron en el cuerpo que no les correspondía, y que no fueron destinados para ellos. Su militancia se basaba más que todo en países europeos que consideraban a la homosexualidad como una enfermedad digna de ser tratada en centros psiquiátricos. El tiempo y las circunstancias lo trajeron a nuestro continente, y trajo con él material sobre la comunidad transexual europea, enfocado básicamente en las expresiones artísticas. En la muestra que creó y dirige, tiene películas, cortos cinematográficos, fotografía y artes plásticas sobre la identidad de los chicos trans. Stef remarca constantemente la palabra identidad, derecho que recién en nuestro país está tomando forma y que tanto trabajo nos cuesta todavía, sin poder devolverles la identidad a cientos de niños expropiados en épocas de dictadura. De todas maneras Stef milita exclusivamente por la identidad transexual, que según su juicio, por más que se ven avances, todavía falta mucho por hacer desde lo político y lo social.

En cuanto al contenido de la muestra, se presentaron dos películas: “La revolución del deseo” de Alessando d’Avellis, que trata sobre la comunidad trans, el feminismo y el movimiento de liberación de la mujer. La otra película, “El orden de las palabras”, es más que todo documental, desde la parte militante de los trans y el activismo continuo sobre los derechos y la discriminación en Europa, y la historia personal de varios chicos. También forma parte del material: cortos independientes que Stef fue reclutando de varios rincones del mundo como Bélgica, Francia, Portugal, Estados Unidos y Chile entre otros, así también muestras fotográficas de esta temática.

De todas maneras, Stef en cada ciudad donde lleva su muestra, le pone la impronta de la cultura autóctona del lugar donde está; mostrando la performance de los chicos trans de cada zona, como por ejemplo bandas de música, actores, entre otros.

En Córdoba precisamente este festival no fue un éxito, la gente no acudió como esperaba Stef, pero reconoce que también hubo poca publicidad. Pero por lo contrario, en Buenos Aires la audiencia fue masiva y mucho más de lo que él esperaba. Al festival lo realizó en el Club cultural CasaBrandon. En diciembre llevará su trabajo a La Plata y en enero cruza La Cordillera hasta Santiago de Chile.

Tiempo de silencio, se apagan las luces, desde su notebook, Stef está por pasar un corto.

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